(Tomado de VAL MUÑOZ DE BUSTILLO)
Hay investigaciones que han demostrado que la
visualización mental de uno mismo realizando una actividad, puede suponer para
el cerebro lo mismo que la práctica real de dicha actividad.
Esto se debe a que la práctica mental de una situación activa las mismas
estructuras cerebrales que la práctica física.
Para hacernos una idea de la importancia de esta práctica,
actualmente la utilizan pilotos
de caza,
F1 y gimnastas dentro de su plan de entrenamiento habitual. Lo más interesante
de este método es que nos permite entrenarnos en cualquier circunstancia y
lugar sin ningún coste ni riesgo. Solo necesitamos una buena dosis de
imaginación y concentración.
Si lo piensas bien, seguro que en algún momento te has
sorprendido imaginando algo que te ha hecho sudar, emocionarte o cabrearte. En
ese momento, el cerebro está experimentando lo mismo que si esas
situaciones te estuviesen pasando en realidad.
Como podéis ver, el potencial de este descubrimiento es enorme.
Para visualizar una situación debemos estar preferiblemente en
un lugar tranquilo con poca luz y donde no nos vayan a molestar. Cerrando los
ojos, podemos imaginar un paisaje o una habitación en la que nos encontremos a
gusto. Cuantos más detalles seamos capaces de
visualizar, más convencido estará el cerebro de que lo que está ocurriendo es
real y por lo
tanto, mejor será nuestro entrenamiento. Intentemos usar los distintos
sentidos: imaginemos sonidos, olores y el tacto de las cosas.
Una vez que nos hemos situado en nuestro escenario imaginario,
podemos pasar a realizar la actividad que queremos entrenar.
La visualización mental es como cualquier práctica, realizarla
una vez está bien, pero para tener resultados habrá que repetirla (cuantas más
veces mejor) para que nuestro cerebro memorice nuestras acciones. Por
sorprendente que parezca, a la hora de llevarlas a cabo, nuestro subconsciente
tendrá hechos los deberes y la probabilidad de actuar correctamente se
multiplicará.
Otro fin para el que nos puede ser útil la técnica de la
visualización es la de fijar nuestros objetivos e incrementar las posibilidades
de alcanzarlos. Para ello, debemos visualizarnos consiguiendo nuestras metas.
La imagen vívida de nuestro éxito enfocará a nuestro cerebro al 100% para
llegar a él. No hay ninguna magia en todo esto. Lo que ocurre es similar al
efecto que tiene el escribir y compartir nuestros objetivos por escrito. De
alguna manera, nuestro subconsciente se compromete con ellos y a partir de ese
momento actúa en consecuencia.
No hace falta que os diga que una visualización negativa de las
situaciones futuras puede facilitar nuestro fracaso en todo lo que intentemos. Si
nos torturamos durante horas imaginando cómo vamos a hacer las cosas mal, hay muchas probabilidades para que se repita ese fracaso
en el momento de la verdad.
Si queréis profundizar más aún, os dejo este enlace para ver un documental muy interesante: MEDITACIÓN Y APRENDIZAJE
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