Llenarse y vaciarse.
Tomar y dejar.
Aunque no siempre el proceso sea fácil aunque no siempre este exento de daño.
Si yo quiero levantar este lápiz de arriba de mi mesa de trabajo, lo hago fácilmente y con poco esfuerzo. No pasa gran cosa salvo que en la mesa queda el lugar vacío donde estaba el lápiz. Pero si pongo un poquito de pegamento aquí, en el lápiz, cuando yo lo levante, posiblemente quede una marca sobre el mantel y si miráramos con una lupa veríamos que algo de las capas superficiales de la tela del mantel fueron arrancadas junto con el lápiz. Imaginemos por fin que en vez de un pegamento simple pongo un poco de adhesivo industrial. Cuando alce el lápiz, pedacitos de mantel van a quedar pegados a él y no voy a necesitar ninguna lente para notarlo, el daño será evidente. Ahora imagínese que hago ojales en el mantel y hago algunos agujeros en la madera y con un hilo coso el lápiz al mantel, y pego con cemento el mantel a la mesa; ahora no sólo voy a tener que hacer un esfuerzo más grande para poder separar estas dos cosas y levantar el lápiz, sino que cuando lo haga posiblemente el mantel se destruya, un pedazo de mesa quede dañado y el lápiz quede en malas condiciones. Del mismo modo, cuanto mayor sea el apego que siento a lo que estoy dejando atrás (cuanto más poderoso sea el pegamento), mayor será el daño que se produzca a la hora de la separación, a la hora de la pérdida. . Cuanto mas amo, mas tiendo a apegarme a lo que no quiero perder, y mayor sera el desgarro".
"EL CAMINO DE LAS LÁGRIMAS" de Jorge Bucay
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