Alguien a quien admiro ha tenido un percance con el fuego... me gustaría que esta historia le diera la explicación que necesita para entender lo que pasó.
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
- El mundo es eso - reveló -. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
dedicado a MAYALEN
Te dejé el comentario donde las galletas, no se como llegué a esa entrada, en fin sólo decirte que ya enlacé tu blog al mío. Creí que estaba y me he dado cuenta hoy de que no Otro beso y gracias de nuevo.
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