Con la nueva era de las tecnologías es fácil mantener el contacto con cualquier persona, no importa que esté cerca o a miles de kilómetros. La inmediatez de los mensajes ha permitido llegar en pocos segundos al lado del destinatario: "¿qué tal el día?", "¿cómo te encuentras?" "me alegro de que te haya ido bien", "me gustaría que volviéramos a coincidir"... Supongo que así saciamos la necesidad de mantener el contacto con las personas queridas para decirles "cosas importantes". Yo creo, sin embargo, que la mayoría de estas comunicaciones nos dejan siempre en la superficie... porque no nos acercan realmente al corazón de nuestro interlocutor.
Hace unos años, unas décadas (para que la cuenta salga mejor) las palabras importantes se escribían también pero sobre papel. Se buscaban las palabras más adecuadas, se elegían de entre todas las posibles y se caligrafiaban sabiendo que la otra persona te leería a través de ellas.
¿Qué sentido tiene ahora escribir sobre papel lo importante que es alguien en nuestra vida? El sentido se lo podríamos encontrar haciéndonos otra pregunta: ¿qué sentido tendría leer sobre papel lo importante que somos en la vida de esa persona?
Cuando soy yo quien recibe el mensaje escrito, entonces tiene todo el sentido.
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