“Reír, es arriesgarse a parecer tonto.
Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.
Alargar el brazo para coger a otro es arriesgarse a implicarse.
Mostrar los sentimientos propios es arriesgarse a mostrarse uno mismo.
Exponer tus ideas o tus sueños, es arriesgarte a perderlos.
Amar es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir es arriesgarse a morir.
Tener esperanzas es arriesgarse a perderlas.
Lanzarte es arriesgarse a fallar.
Pero los riesgos deber ser tomados.
Porque el peligro mas grande en la vida es no arriesgar nada.
Si no haces nada, si no arriesgas nada, tu existencia se oscurece.
Se pueden evitar sufrimientos y preocupaciones, pero simplemente no vas a aprender, a sentir, a cambiar, a crecer, a amar ni a vivir.
Encadenado a una actitud de miedo, uno se convierte en esclavo…
Y pierde su libertad.
Sólo eres libre si te arriesgas”.
Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.
Alargar el brazo para coger a otro es arriesgarse a implicarse.
Mostrar los sentimientos propios es arriesgarse a mostrarse uno mismo.
Exponer tus ideas o tus sueños, es arriesgarte a perderlos.
Amar es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir es arriesgarse a morir.
Tener esperanzas es arriesgarse a perderlas.
Lanzarte es arriesgarse a fallar.
Pero los riesgos deber ser tomados.
Porque el peligro mas grande en la vida es no arriesgar nada.
Si no haces nada, si no arriesgas nada, tu existencia se oscurece.
Se pueden evitar sufrimientos y preocupaciones, pero simplemente no vas a aprender, a sentir, a cambiar, a crecer, a amar ni a vivir.
Encadenado a una actitud de miedo, uno se convierte en esclavo…
Y pierde su libertad.
Sólo eres libre si te arriesgas”.
La brújula Interior de Àlex Rovira
Quería acompañar este texto tan importante para mi con alguna imagen... esta me ha parecido que daba forma a la respuesta que tengo en el corazón. Fijaos qué maravilla:
En la imagen todo parece encajar en esta isla de ensueño. El arco iris perfectamente ubicado entre la costa y el mar, el surfista (Christian Redongo) envuelto por el bucle de la ola. La luz suave y aterciopelada. Solo falta la aleta de un tiburón para darle dramatismo a la escena. Y, sin embargo, todo es verdad. La fotógrafa Zak Noyle consiguió esta hermosa imagen en Tahiti, cerca de Teahupoo, premiada por la revista Surfer Magazine. Un instante único para un surfista y una fotógrafa. (Tomado del blog occhifragile)
Os aseguro que este año la seño de plástica está aprendiendo mucho mucho mucho...
¿Qué arriesgo compartiéndolo con vosotros?
Arriésgate a contestarme ... arriésgate a dejar tu opinión, tu comentario...
¡Todo me sirve!
Gracias por tu visita y comentarios, fue muy alentador leerte...Un abrazo!
ResponderEliminarNos leemos...
yo también te agradezco la devolución, espero que sigamos nutriéndonos.
ResponderEliminarfelices sueños!!!