Los milagros son comparables a las piedras: están
por todas partes ofreciendo su belleza y casi nadie les concede valor. Vivimos
en una realidad donde abundan los prodigios, pero ellos son vistos solamente
por quienes han desarrollado su percepción. Sin esa sensibilidad todo se hace
banal, al acontecimiento maravilloso se le llama casualidad, se avanza por el
mundo sin esa llave que es la gratitud. Cuando sucede lo extraordinario se lo
ve como un fenómeno natural, del que, como parásitos, podemos usufructuar sin
dar nada en cambio. Mas el milagro exige un intercambio: aquello que me has
dado debo hacerlo fructificar para los otros. Si no se está unido no se capta
el portento. Los milagros nadie los hace ni los provoca, se descubren. Cuando
aquel que se creía ciego se quita los anteojos oscuros, ve la luz. Esta
oscuridad es la cárcel racional.
Alejandro Jodorowsky
Dedicado a M. L.
Bellisimo...real...cierto...necesario...
ResponderEliminarUn milagro que textos asi nos abran los ojos ala realidad... a esa que se nos escapa sin darnos cuenta...
un abrazo Seño...feliz finde
sí existen Fire, sí existen.
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